EL CEMENTERIO DE LA MAR
Un compañero italiano en Niamey, Níger, Mauro Armanino, tiene la sana costumbre de mucho leer y de compartir lo que lee. Suele enviarnos correos con sus hallazgos. Hoy comparto uno con vosotros que ha llamado mi atención. Se trata de una reseña sobre la migración emitida en Radio Francia Internacional (rfi). Traduzco del francés al castellano. Buena semana a todos.
El año 2016 ha sido el de mayor mortandad para los migrantes africanos en el Mediterráneo. Algo menos de 5.000 muertos, según la ONU –un record-, incluso cuando el número de personas que ha atravesado la mar ha disminuido notablemente.
7.189 muertos o desaparecidos en el mundo. 4.812 en el Mediterráneo, según la organización internacional para las migraciones que comunica estas cifras para el año 2016. Esto representa 20 fallecidos por día, un macabro record, un techo al que no se había llegado desde hace decenas de años. La ruta del Mediterráneo central, que une Libia con Europa, ha llegado a ser más mortífera que la guerra del Yemen.
Para explicar esta tragedia hay diversos factores: la avaricia desmedida de los traficantes, ciertamente, pero sobre todo la crisis política de Etiopía, el desorden violento que reina en Somalia, la dictadura de Eritrea. También podemos hablar de la miseria en los extrarradios de las ciudades y de las zonas rurales paupérrimas del oeste de África y de su parte central, e incluso de la desesperación de los desplazados a perpetuidad, a causa del terror al Boko Haran, a causa de la represión, a causa de la degradación del medio ambiente, a causa, finalmente, de quienes buscan estabilizar sus vidas en cualquier parte, por ejemplo en Europa.
(…)
Según el recuento efectuado por la organización mundial de migrantes, ha habido 360.000 hombres, mujeres y niños que han intentado atravesar el Mediterráneo en este año, una cifra que ha bajado espectacularmente con relación al 2015, con casi un millón de tentativas. Menos fugitivos, pero más muertos, es la triste conclusión de un año insoportable. (rfi)
Más allá de las cifras están los rostros, las biografías truncadas de todas estas personas ante la pasividad pavorosa, culpable de negligencia homicida, de la comunidad internacional, particularmente de Europa, que avergüenza al Papa Francisco, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a los que tenemos una sensibilidad especial por la causa de los sin causa. Ojalá las condiciones los favorezcan en el año que acabamos de estrenar, para que tan vergonzosas cifras disminuyan drásticamente, y que nosotros pongamos en ello todo nuestro empeño. El problema no se va a resolver, no somos ingenuos, pero si no alzamos nuestras voces nada cambiará, y cuantas más voces sean y más altas, mejor.
Desde Vélez de Benaudalla, fraterno siempre: Paco Bautista, sma.
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